martes, 15 de julio de 2014

Retorno a la UCV

Foto: Veneoligía.com

                    

El reciente ingreso de una de mis mejores amigas a la plantilla de profesores de la UCV fue la excusa para visitar mi alma mater. La nueva profe tiene bastante tiempo libre entre clases, y yo unas cuantas horas de ocio disponible, así que quedamos en vernos allí.

Creo que el amor que sentimos los ucevistas por la Universidad es realmente inexplicable, es como aquellas relaciones que sabes que están deterioradas, pero que a su vez te brindan una zona de confort que un romance nuevo no te puede dar.

Me estacioné en el Universitario, esta vez no tenía la estela de orina que la fanaticada del béisbol suele dejar por sus columnas (se nota que no estamos en temporada). Mi amiga y yo almorzamos en la Asociación de Profesores, aprovechando los beneficios que tiene el dejar de ser alumnas, y luego entramos a la Universidad a buscar unas copias.

Por esa entrada te recibe la canchita de ingeniería, llena de pichones de ludópatas que aparentemente realizan un Máster en truco. Mañana, tarde o noche los ves totalmente concentrados en su juego, como si nada en este mundo fuera más importante que esa partida.